RECHAZO: La herida que te impide ser tú mismo

 ¿Alguna vez has sentido que no eres aceptado o querido por los demás? ¿Te cuesta expresar tus sentimientos y necesidades por miedo a ser juzgado o criticado? ¿Te aíslas o te esfuerzas demasiado por complacer a los demás? Si has respondido “sí” a alguna de estas preguntas, puede que tengas una herida de rechazo que se originó en tu infancia y que todavía te afecta en tu vida adulta.

 
Foto de Sven Brandsma en Unsplash

ÍNDICE

  • ¿Qué es la herida de rechazo?
  • ¿Cómo surge la herida de rechazo?
  • ¿Cuál es la máscara social de la herida de rechazo?
  • ¿Cómo afecta la herida de rechazo en la vida adulta?
  • ¿Cómo identificar la herida de rechazo?
  • ¿Cómo sanar la herida de rechazo?
  • Sugerencias
  • Fuentes de consulta

 Las heridas de la infancia son aquellas experiencias negativas o dolorosas que vivimos en nuestros primeros años de vida y que nos marcan de alguna manera en nuestra personalidad, emociones y relaciones. Pueden surgir por diferentes motivos, como el rechazo, el abandono, la humillación, la traición o la injusticia. Nos hacen desarrollar ciertas conductas o máscaras para protegernos o adaptarnos a lo que vivimos, pero muchas veces nos limitan o nos hacen “sufrir” en nuestra vida adulta.


¿Qué es la herida de rechazo?

La herida de rechazo es una herida del “ser” que surge desde la concepción o el nacimiento por no sentirse aceptado o querido por el padre, la madre o los cercanos. Es una herida muy profunda y dolorosa que afecta el derecho a existir y el amor propio. Las personas con esta herida suelen huir de situaciones o personas que les recuerden el rechazo.

El rechazo puede ser real o percibido. Es decir, puede haber una experiencia clara de rechazo, como un aborto deseado, un abandono, una adopción no deseada, una preferencia por otro hijo, un maltrato físico o verbal, etc. O puede haber una interpretación subjetiva de rechazo, como una sobreprotección, una indiferencia, una exigencia excesiva, una falta de atención o cariño, etc.


¿Cómo surge la herida de rechazo?

La herida de rechazo surge cuando el niño o la niña no se siente acogido, valorado o amado por sus padres o cuidadores principales. Esto hace que el niño o la niña se sienta indeseado, insignificante o defectuoso. El niño o la niña interioriza el mensaje de que no es digno de amor ni de existir y desarrolla un sentimiento de culpa y vergüenza por ser quien es.

Se puede agravar si el niño o la niña experimenta otras formas de rechazo en su entorno social, como el bullying, el racismo, el machismo, la homofobia, etc. Estas situaciones refuerzan la idea de que el niño o la niña no encaja ni pertenece a ningún grupo y le hacen sentirse solos e incomprendidos.

Foto de Kat J en Unsplash


¿Cuál es la máscara social de la herida de rechazo?

La máscara social es la forma de actuar o de mostrarse que adopta la persona con una herida de rechazo para protegerse del dolor o para buscar la aceptación de los demás. Se caracteriza por ser huidiza, es decir, por evitar el contacto o la intimidad con los demás por miedo a ser rechazado de nuevo. La persona con esta máscara suele ser muy perfeccionista, exigente y crítica consigo misma y con los demás, ya que cree que solo así podrá merecer el amor o el reconocimiento que no recibió en su infancia. También puede ser muy complaciente, adaptándose a lo que los demás quieren o esperan de ella, sin expresar sus propios deseos o necesidades. La persona con esta máscara puede tener tendencia al aislamiento, al retraimiento o a la depresión, ya que se siente sola e incomprendida. También puede tener dificultades para confiar en los demás, para pedir ayuda o para recibir afecto.

 

¿Cómo afecta en la vida adulta?

Puede tener consecuencias negativas en la vida adulta de la persona que la padece, tanto a nivel personal como relacional. Algunas de estas consecuencias son:

Baja autoestima: Suele tener una imagen negativa de sí misma, sintiéndose indeseable, defectuosa o inferior a los demás. Esto le hace tener poca confianza en sus capacidades y en su valor como persona.

Sentimiento de culpa: Se siente culpable por todo lo malo que le pasa o por lo que no puede lograr. Cree que es responsable de su propio rechazo y que no tiene derecho a ser feliz o a existir.

Miedo al rechazo: Suele tener un miedo intenso y constante a ser rechazada por los demás, lo que le hace evitar las situaciones o las personas que puedan hacerle sentir así. Esto le impide establecer relaciones sanas y satisfactorias con los demás.

Dependencia emocional: Tiene gran necesidad de amor y de reconocimiento por parte de los demás, lo que le hace depender emocionalmente de ellos. La vuelve vulnerable a las manipulaciones, a las decepciones o a las traiciones.

Aislamiento social: La persona con herida de rechazo suele tener dificultades para relacionarse con los demás, ya sea por miedo al rechazo o por falta de interés. Esto le hace sentirse solo e incomprendido y le priva del apoyo y del afecto que necesita.

Depresión: Padece un estado de ánimo bajo y persistente, acompañado de tristeza, apatía, desesperanza o falta de sentido. Esto le impide disfrutar de la vida y le hace perder el interés por sus proyectos o sus metas.

 

¿Cómo identificarla?

Puede ser difícil de identificar, ya que muchas veces está oculta tras otras heridas y máscaras sociales. Sin embargo, hay algunas señales o indicadores que pueden ayudarnos a reconocerla. Algunos de estos indicadores son:

  • Sentirse diferente o no encajar en ningún grupo o lugar.
  • Sentirse indeseado o no querido por los demás.
  • Sentirse insignificante o invisible para los demás.
  • Sentirse culpable o avergonzado por ser quien se es.
  • Sentirse solo e incomprendido por los demás.
  • Tener dificultades para expresar los sentimientos y las necesidades propias.
  • Tener dificultades para confiar en los demás o para pedir ayuda o recibir afecto.

 

¿Cómo sanarla?

La herida de rechazo puede ser sanada si la persona es capaz de reconocerla, aceptarla y trabajar en ella con ayuda profesional, si es necesario.

Algunos pasos para sanar la herida de rechazo son los siguientes:

  • Aceptar la herida como parte de uno mismo, así liberarás todos los sentimientos atrapados.
  • Perdonar a las personas que te rechazaron o qué crees que te rechazaron, así romperás el vínculo negativo que te une a ellas.
  • Perdonarte a ti mismo por haberte rechazado o por haber rechazado a otros, así recuperarás tu amor propio y tu autoestima.
  • Cuidarte a ti mismo, tanto física como emocionalmente, así te demostrarás que te quieres y que te respetas.
  • Hablar bien de ti mismo, tanto interna como externamente, así cambiarás tu diálogo interno negativo por uno positivo.
  • Reconocer tus puntos fuertes y tus logros, así valorarás tus capacidades y tu potencial.
  • Expresar tus sentimientos y tus necesidades, así te conectarás con tu verdadero ser y con los demás.
  • Buscar apoyo en tus amigos, familiares o personas de confianza, así te sentirás acompañado y comprendido.
  • Afrontar el miedo al rechazo, así dejarás de evitar las situaciones o las personas que te lo puedan provocar.
  • Abrirte a nuevas experiencias y relaciones, así ampliarás tu horizonte y tu bienestar.

 

Foto de Alexander Grey en Unsplash

SUGERENCIAS

Para ayudarte a sanar la herida de rechazo, te proponemos algunas sugerencias que puedes poner en práctica:

  • Escribe una carta a la persona que te rechazó o qué crees que te rechazó, expresando todo lo que sientes y lo que quieres decirle. No hace falta que se la envíes, solo es para ti.
  • Escribe una carta a ti mismo, expresando todo lo que te quieres y lo que te valoras. Léela cada vez que necesites un refuerzo positivo.
  • Haz una lista de todas las cosas buenas que tienes y de todo lo que has conseguido en tu vida. Revísala cada vez que necesites recordar tu valía.
  • Practica algún tipo de actividad física, artística o creativa que te guste y que te haga sentir bien contigo mismo. Disfruta del proceso y del resultado.
  • Busca algún grupo o asociación que comparta tus intereses o aficiones y participa en sus actividades. Conoce gente nueva y amplía tu círculo social.
  • Practica la meditación, el yoga o alguna técnica de relajación que te ayude a calmar tu mente y a conectar con tu cuerpo. Respira profundamente y libera las tensiones.
  • Busca ayuda profesional si sientes que no puedes sanar la herida de rechazo por ti mismo. Un psicólogo o un terapeuta podrá orientarte y acompañarte en el proceso.

Por consiguiente, te invitamos a mejorar tu bienestar personal con nuestra terapia en línea. Contamos con profesionales capacitados y un servicio confiable y seguro. ¡No esperes más!

CONTACTANOS DANDO CLIC EN LA IMAGEN



FUENTES DE CONSULTA

  • Bourbeau, L. (2012). Las cinco heridas que impiden ser uno mismo. Madrid: Obelisco.
  • Gracia, E., Lila, M. y Musitu, G. (2005). Rechazo parental y ajuste psicológico y social de los hijos. Psicothema, 17(4), 527-532.
  • Roura, E. (2020). Cómo curar la herida del rechazo. Recuperado de https://lamenteesmaravillosa.com/curar-la-herida-del-rechazo/
  • Sanchis, S. (2020). Qué es la herida del rechazo, síntomas y cómo curarla. Recuperado de https://www.psicologia-online.com/que-es-la-herida-del-rechazo-sintomas-y-como-curarla-6658.html



Publicar un comentario

Post a Comment (0)

Artículo Anterior Artículo Siguiente