Fumar no es solo una adicción física: descubre los factores sociales que influyen en tu hábito y cómo cambiarlos

Fumar es una de las principales causas de muerte evitable en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco mata cada año a más de 8 millones de personas, de las cuales más de 7 millones son fumadores y alrededor de 1,2 millones son no fumadores expuestos al humo ajeno1. Además de los graves daños que provoca en la salud física, fumar también tiene consecuencias negativas en la salud mental y social de las personas que lo consumen y de las que les rodean.





 

¿Qué es la dependencia del tabaco?

 

La dependencia del tabaco es un trastorno adictivo que se caracteriza por la incapacidad de controlar el consumo de nicotina, una sustancia psicoactiva que se encuentra en el tabaco y que produce efectos estimulantes y reforzantes en el cerebro. La nicotina actúa sobre los receptores nicotínicos de acetilcolina, unos neurotransmisores que regulan funciones como la atención, la memoria, el aprendizaje, el estado de ánimo y el apetito. Al activar estos receptores, la nicotina genera una sensación de placer, alivio y satisfacción que hace que el fumador quiera repetir la experiencia. Sin embargo, con el tiempo, el cerebro se adapta a la presencia de la nicotina y desarrolla tolerancia, lo que significa que se necesita una mayor cantidad para obtener el mismo efecto. Así, el fumador entra en un círculo vicioso en el que fuma para evitar el malestar que le produce la falta de nicotina, pero al mismo tiempo aumenta su dependencia y su riesgo de sufrir enfermedades2.

 

¿Por qué fuman las personas?

Esta es una pregunta que se han hecho muchos investigadores, profesionales de la salud y fumadores. La respuesta no es sencilla, ya que intervienen múltiples factores de tipo biológico, psicológico y social. Sin embargo, en este artículo me voy a centrar en los factores sociales, que son aquellos que tienen que ver con el entorno, las relaciones y las normas que influyen en el comportamiento de fumar.

Los factores sociales pueden actuar como motivadores o como inhibidores del consumo de tabaco. Es decir, pueden favorecer o dificultar el inicio, el mantenimiento o el abandono del hábito. Algunos de los factores sociales más importantes son:


- La influencia de los grupos de referencia. Los grupos de referencia son aquellas personas con las que nos identificamos o a las que queremos pertenecer, como la familia, los amigos, los compañeros de trabajo o de estudio, los líderes de opinión o las celebridades. Estos grupos pueden ejercer una presión explícita o implícita para que fumemos o dejemos de fumar. Por ejemplo, si nuestros padres o hermanos fuman, es más probable que nosotros también lo hagamos. Si nuestros amigos nos ofrecen un cigarrillo o nos dicen que fumar es divertido o relajante, podemos sentirnos tentados a probarlo o a seguirlo haciendo. Si nuestros ídolos aparecen fumando en la televisión o en las redes sociales, podemos imitarlos o admirarlos. Por el contrario, si nuestros grupos de referencia nos desaprueban o nos apoyan para dejar de fumar, podemos sentirnos motivados a hacerlo.

 

- La disponibilidad y accesibilidad del tabaco. La disponibilidad y accesibilidad del tabaco se refiere a la facilidad o dificultad para conseguirlo y consumirlo. Cuanto más disponible y accesible sea el tabaco, más probable será que las personas fumen. Por ejemplo, si el tabaco se vende en muchos lugares, a bajo precio y sin restricciones legales o sanitarias, será más fácil adquirirlo y usarlo. Si el tabaco se puede consumir en espacios públicos o privados sin limitaciones ni sanciones, será más cómodo y habitual hacerlo. Por el contrario, si el tabaco se restringe o se prohíbe en determinados lugares o situaciones, será más difícil y menos frecuente fumar.


- Las normas sociales y culturales sobre el tabaco. Las normas sociales y culturales sobre el tabaco son las reglas o expectativas compartidas por una sociedad o una cultura sobre el consumo de tabaco. Estas normas pueden variar según el tiempo, el lugar y el contexto. Pueden ser explícitas (leyes, reglamentos, políticas) o implícitas (costumbres, tradiciones, valores). Las normas sociales y culturales pueden influir en la percepción del riesgo, la actitud y la conducta de fumar. Por ejemplo, si una sociedad o una cultura considera que fumar es normal, aceptable o deseable, las personas tendrán una visión positiva del tabaco y lo consumirán con más frecuencia y menos culpa. Si una sociedad o una cultura considera que fumar es anormal, inaceptable o indeseable, las personas tendrán una visión negativa del tabaco y lo consumirán con menos frecuencia y más vergüenza.

Como puedes ver, los factores sociales juegan un papel muy importante en el fenómeno del tabaquismo. No podemos ignorarlos ni subestimarlos si queremos comprenderlo mejor y prevenirlo eficazmente. Tampoco podemos dejarlos al azar ni esperar que cambien por sí solos. Necesitamos intervenir activamente para modificarlos en favor de la salud pública y personal.

De hecho, es uno de los principales factores por lo que los adolescentes empiezan a fumar, las exigencias sociales a través de su grupo de amigos.


¿Cómo podemos contrarrestar las influencias?


Aquí te doy algunas sugerencias:

- Busca grupos de referencia positivos que te apoyen para dejar de fumar o para no empezar a hacerlo. Rodéate de personas que te quieran y te respeten sin importar si fumas o no. Aléjate de personas que te presionen o te inciten a fumar. Busca modelos a seguir que hayan dejado de fumar o que nunca lo hayan hecho. Inspírate en sus historias y aprende de sus consejos.


- Reduce la disponibilidad y accesibilidad del tabaco en tu entorno. No compres ni guardes cigarrillos o productos de tabaco en tu casa, tu coche, tu trabajo o tu bolso. No pidas ni aceptes cigarrillos o productos de tabaco de otras personas. Evita los lugares donde se vende o se consume tabaco. Apoya las medidas legales y sanitarias que limiten o prohíban la venta y el consumo de tabaco.


- Cambia las normas sociales y culturales sobre el tabaco en tu comunidad. Infórmate y difunde los riesgos y los daños del tabaquismo para la salud propia y ajena. Adopta una actitud crítica y responsable frente al tabaco. No fumes ni permitas que fumen en tu presencia. Respeta y respalda los derechos de los no fumadores. Participa en campañas y actividades de prevención y control del tabaquismo.


Estas son solo algunas ideas que puedes poner en práctica para modificar los factores sociales que motivan fumar. Seguramente se te ocurren muchas más. Lo importante es que te des cuenta de que tú puedes hacer la diferencia. No eres una víctima pasiva del tabaquismo, sino un agente activo de cambio. Tú puedes elegir dejar de fumar o no empezar a hacerlo. Tú puedes ayudar a otros a hacer lo mismo. Tú puedes contribuir a crear una sociedad más sana y feliz.


Fuentes bibliográficas

- Instituto Nacional del Cáncer (2019). En dónde obtener ayuda si usted decide dejar de fumar ¹¹

- Mayo Clinic (2019). Dejar de fumar: 10 formas de resistir el deseo de consumir tabaco ¹²

- González-Bautista, E., Zavala-Arciniega, L., Rivera-Rivera, L., Leyva-López, A., Natera-Rey, G., & Reynales-Shigematsu, L.M. (2019). Factores sociales asociados con el consumo de tabaco y alcohol en adolescentes mexicanos de poblaciones menores a 100 000 habitantes ¹

- Bello, S., Flores, C., Bello, M., & Chamorro, H. (2009). Diagnóstico y tratamiento psicosocial del tabaquismo ⁸

  



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